Frente al diagnóstico de cáncer de mama

El cáncer de mama es el tumor más común entre las mujeres de todo el mundo.
Según los datos de la Sociedad Americana del Cáncer (2011) una de cada ocho mujeres en el mundo padecerá cáncer de mama. 

Frente al diagnóstico de cáncer de mama, la mujer experimenta un doble impacto psicológico. Por un lado, debido a la malignidad de la enfermedad, al miedo ante los tratamientos y al deterioro físico, sumado a la imagen idealizada del pecho como un símbolo inequívoco de femineidad, erotismo, y maternidad. Desde la comunicación diagnóstica, el pronóstico y la comprensión de los efectos secundarios de los tratamientos, la mujer y el entorno familiar ven amenazado el desarrollo habitual de la vida cotidiana. 

Al recibir la noticia, necesitás un tiempo para comprender, para “enterarte” del sentido de esa noticia. Es importante que cuentes con información médica, y recurras a ella todas las veces necesarias para entender el alcance de la enfermedad, teniendo presente que cada caso es único y que los pronósticos se basan en estadísticas que agrupan generalidades y dejan de lado las particularidades de cada caso. 

Otro elemento importante es la contención emocional por parte de profesionales de la salud pues al descubrirte portadora de cáncer, te enfrentarás con tus propias limitaciones, con la finitud de tu vida, cuestionamientos sobre tu vida, tus prioridades y postergaciones. Podemos pensar este momento como un momento próspero para revisar y cambiar. La familia está considerada como una fuerza para el desarrollo de acciones individuales y grupales, compatibles con el día a día de la mujer. Constituirán un componente esencial para tu recuperación, siendo la integración y la armonía familiar factores que contribuyen. El diagnóstico de cáncer también genera en ellos sentimientos como el miedo y ansiedad, provocando reacciones ineficaces, por lo que es importante la orientación psicológica para optimizar recursos; redistribución de roles y tareas sin caer en el extremo de anular totalmente al paciente en un intento de sobreprotección. 

Según la Asociación Americana de Cáncer, el miedo es uno de los primeros sentimientos que aparecen en las personas cuando se les notifica sobre su diagnóstico de cáncer, junto con la pregunta de “¿por qué a mí?”, “¿qué hice mal?”. También, se interrogan si algo que hicieron o dejaron de hacer en el pasado fue causa directa de su enfermedad y por eso son castigados. Pero no debés ver el cáncer como un castigo, no es culpa tuya y es difícil para la medicina determinar la causa exacta de la aparición de la enfermedad. En este difícil momento, es natural que experimentes sentimientos de incredulidad, impacto, miedo y enojo, sentimientos que te consumirán mucha energía mental y que dificultarán comprender toda la información suministrada. El impacto emocional puede, además, afectar la aceptación del diagnóstico y la evolución de la enfermedad. 

Aceptar el diagnóstico te permite situarte en la realidad presente e intentar despertar tu capacidad de transformar lo que sea posible. Atravesar este camino con esperanza, porque esperanza es la posibilidad de que algo que deseamos pueda ocurrir.