
Los tratamientos del cáncer pueden afectar la piel, sobre todo en la del rostro que es la más visible. El maquillaje, en especial la base y el corrector, pueden ayudarte a emparejar la textura del mismo y mejorar el aspecto en general.
Leé atentamente los consejos del maquillador.

Función de la base de maquillaje
Usar base de maquillaje tiene muchos beneficios:
- oculta los defectos e imperfecciones, como arrugas y poros dilatados.
- iguala el tono.
- protege la piel del exterior.
Al aplicar base de maquillaje sobre el rostro, es importante que la piel esté impecable, limpia y preparada con productos de cuidado de la piel, de forma tal que el resultado se vea optimizado. Hay que cuidar la cantidad de producto que se aplica. Si queda exceso, retirarlo.
¿Cómo elegir el color de la base?
Probá el color de la base de maquillaje aplicando una pequeña cantidad sobre el mentón limpio. Nunca pruebes el color sobre tu mano, jamás será el mismo color que en tu rostro. Asegurate de que combine perfectamente bien con el color de la piel. El tono no debe ser ni más claro ni más oscuro que la piel, simplemente igual. Elegí el color de tu base probándolo con la luz del sol, ya que con otras luces artificiales puede verse diferente.

Elegí la textura según tu tipo de piel
La textura es el medio de aplicación de la base. Cada textura se adapta a un tipo de piel determinado. Lo mejor es conocer tu piel para encontrar la ideal.
- Crema: ideal para pieles normales a secas.
- Fluida: ideal para todo tipo de piel en especial normal/grasa, ya que contiene más agua en su formulación.
- Polvo: ideal para pieles grasas, que deseen un acabado aterciopelado y controlen el brillo.
- Crema hidratante con color: es muy transparente y puede usarla cualquier tipo de piel. Tiene poca cobertura pero sirve para emparejar el tono de la piel. Muchas tienen más protector solar que lo habitual en una base.
¿Cómo aplicar la base?
Existen diferentes herramientas para la aplicación de la base de maquillaje.
- Esponjas: ideal para la aplicación de bases cremosas y bases de polvo, ya que esparcen muy bien el producto y te ayudan a esfumar.
- Pinceles o brochas: se utilizan para la aplicación de bases líquidas.
- Dedos: son la mejor herramienta ya que permiten “sentir” donde hay excesos y esfumar de una mejor manera la base. No se utilizan con bases de polvo.
Aplicá la base siempre desde arriba hacia abajo y del centro hacia los lados, es decir, desde la frente hacia el mentón y desde la nariz hacia las orejas. No debés aplicar la base con puntos sobre el rostro, ya que te costará mucho más esfumarla. Aplicalo por zonas y esfumalo a medida que avanzás.
Si sentís que tu base no se desliza bien por tu piel puede ser que no preparaste tu piel correctamente.
Podés ayudarte mezclando una emulsión hidratante con tu base de maquillaje para volverla más fluida y corrediza.
Luego de aplicada la base, es hora del corrector.

¿Cómo aplicar el corrector?
Al igual que la base, se puede aplicar con pinceles o brochas para una acción más precisa o simplemente con los dedos, lo que permite esfumarlo.
El producto se aplica desde el lagrimal hacia afuera, en el parpado superior e inferior, uniéndolo muy bien con la base que ya tenías previamente aplicada. Tratá de no ejercer mucha fuerza o presión porque podrías dañar una zona tan delicada como el contorno de los ojos.
Reaplicá más producto de ser necesario, pero siempre comenzá de menor a mayor cantidad.
Las zonas del rostro que se deben iluminar:
- Centro de la frente, sienes, lados de la nariz y contorno de los labios.
- Corregí cualquier imperfección en este momento ya que después será tarde.

