Por Victoria Sáenz
Editado por: Mahmood AminiLari
Es casi imposible no pensar en el COVID-19. Ha invadido nuestro trabajo, nuestras familias, nuestras rutinas y la forma en que interactuamos con el mundo exterior. El desarrollo científico es hoy en día considerado como la herramienta que podría sacarnos de este caos. Además, la palabra “evidencia” se escucha en las noticias de todo el mundo, se lee en los periódicos e incluso se discute en las mesas familiares. Las personas ansían recibir tratamientos basados en evidencia, y los médicos clínicos también están ansiosos por tomar decisiones basadas en evidencia y decisiones compartidas basadas en evidencia. Este concepto se ha convertido en una necesidad. ¿Esa misma necesidad es la que surge al tratar una neumonía adquirida en la comunidad, o al elegir un anticoagulante oral en el ámbito ambulatorio? Pareciera que está manifestándose un cambio en la mentalidad de la sociedad. Si bien la evaluación crítica de la evidencia se propuso como un nuevo paradigma para mejorar los resultados de salud de los pacientes durante la década de 1980, alcanzando uno de los 15 hitos médicos desde 18401, su aceptación y uso han resultado insuficientes.
Por ejemplo, Lafuente-Lafuente et al.2 publicaron los resultados de una encuesta realizada en seis cursos universitarios de posgrado en París, Francia en 2019. La encuesta reveló que el 45,6% de los 226 encuestados (en su mayoría médicos, enfermeras y farmacéuticos) no recurren a la Medicina Basada en la Evidencia (MBE) en su práctica profesional, mientras que el 35,9% no logró definir la MBE. Casi el 20% practicaba MBE con regularidad y casi el 30% había aprendido sobre MBE recientemente. Se mencionaron como obstáculos la falta de habilidades y de tiempo para su práctica.
Con respecto a las estrategias relevantes para la enseñanza de MBE, los encuentros de lectura crítica de publicaciones científicas (journal clubs) han sido identificados como uno de los espacios más ampliamente difundidos para el entrenamiento de esta habilidad. Ilic et al.3 evaluaron la efectividad de esta estrategia mediante la realización de una revisión sistemática y un meta-análisis de 5 ensayos clínicos aleatorizados. Los resultados mostraron que los encuentros de lectura crítica no brindan un beneficio estadísticamente significativo en la adquisición de conocimientos. Los autores también informaron falta de efecto significativo en otras estrategias como la valoración crítica, las actitudes hacia la MBE o su práctica.
Por lo tanto, el uso generalizado de la MBE en el ámbito clínico, junto con su estrategia de enseñanza actual, aún enfrentan obstáculos y deficiencias.
La diseminación global del virus ha desafiado a casi todos los países del mundo, sus gobiernos, sus sociedades y sus comunidades científicas. ¿Nosotros, profesionales de la salud comprometidos con el uso generalizado de la MBE, nos estamos desafiando lo suficiente en promover la implementación y uso de la MBE para mejorar la atención de los pacientes? ¿Buscamos continuamente formas nuevas y más efectivas de enseñar la MBE?
Nos enfrentamos a la necesidad de actuar de forma más rápida y eficiente. Necesitamos mitigar los desafíos causados por la pandemia de COVID-19 combinando la práctica clínica y las estrategias de generación de evidencia más que nunca. Se espera que ocurran grandes cambios a nivel social, político e institucional durante o después de esta crisis mundial. Esto puede ofrecernos la oportunidad de reevaluar cómo se brindan los conocimientos de la MBE en programas de estudio de MBE a los profesionales de la salud. Por ejemplo, tanto en América Latina como en mi país de origen, Argentina, el acceso a entrenamientos en MBE es dificultoso. Más aun, la necesidad de los profesionales de la salud de fortalecer sus habilidades de evaluación crítica aún no está resuelta.
En conclusión, la evidencia ha alcanzado a cada rincón de nuestras sociedades, se ha escapado de los grupos de investigación y científicos y ahora está en el centro de atención. Pero lo que es más importante, los pacientes lo expresan y lo manifiestan como necesidad. El escenario actual impresiona ser el mejor momento de la historia para impulsar la MBE. Si no es ahora, ¿Cuándo?
Referencias
1. Medical Milestones 2007. BMJ (2007). https://www.bmj.com/content/bmj/suppl/2007/01/18/334.suppl_1.DC2/milestones.pdf
2. Lafuente-Lafuente C, Leitao C, Kilani I, et al. Knowledge and use of evidence-based medicine in daily practice by health professionals: a cross-sectional survey. BMJ Open. 2019;9(3):e025224.
3. Ilic D, de Voogt A, Oldroyd J. The use of journal clubs to teach evidence-based medicine to health professionals: A systematic review and meta-analysis. J Evid Based Med. 2020;13(1):42-56.
Fuente: este artículo fue originalmente publicado por International Society for Evidence-Based Health Care, link al artículo
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