El valor de la innovación en salud cumple su círculo virtuoso cuando llega a los pacientes que la necesitan. Conocer a Natalia, su fortaleza y esperanzas, y saber que su calidad de vida mejoró gracias a una de nuestras soluciones médicas innovadoras, nos llena de orgullo; su historia, como la de otros pacientes, reflejan nuestro propósito en acción, y nos impulsan a seguir mejorando la vida de las personas. 

 

Natalia fue diagnosticada a los 16 años con Déficit de Antitrombina 3, una enfermedad hereditaria. Desde ese momento, su vida cambió completamente: comenzó a tomar anticoagulantes y a hacerse análisis en forma regular. “Lo que yo tenía que hacer era ir al laboratorio y sacarme sangre con el método tradicional. Me pinchaban, me sacaban sangre, tenía que esperar que ese resultado esté.  Aproximadamente a la semana tenía que ir”, explicó.

 

Desde Roche nos enfocamos en brindar soluciones de excelencia para patologías con necesidades médicas poco atendidas. Para los casos de pacientes anticoagulados como el de Natalia, nos esforzamos en rediseñar la forma de realizar los análisis clínicos, con el objetivo de que los resultados lleguen de manera más rápida al profesional médico y a los pacientes.

Gracias a esas innovaciones, hoy, casi 20 años después de que se determinara su patología, Natalia y tiene más tiempo para disfrutar de las cosas que más le gustan hacer: “Ahora es diferente: me pincho el dedo, el mismo día, a la hora, ya tengo el resultado y el doctor me dice si estoy bien o estoy mal”.

Nuestro propósito de innovar nos empuja a seguir desafiándonos para alcanzar resultados hasta ahora impensados en beneficio de los pacientes, y para eso, procuramos escucharlos. Es impensable innovar sin tener en cuenta esas voces para crear juntos soluciones que derriben barreras. Brindamos oportunidades. Juntos, transformamos vidas.

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