¿Es seguro un medicamento? ¿Es eficaz? ¿Para qué condiciones puede estar indicado? ¿Qué beneficios aporta? ¿Tiene efectos secundarios? Estas son algunas de las preguntas que responden los estudios clínicos, que permiten encontrar nuevos y mejores fármacos, vacunas, y tratamientos. Cada 20 de mayo, en el Día Internacional de la Investigación clínica, recordamos la importancia de impulsarlos en el país.
Los ensayos clínicos están diseñados para evaluar si un nuevo fármaco es seguro y eficaz. Participan voluntarios (pacientes o personas sanas, dependiendo de la enfermedad en investigación), y son conducidos por investigadores, enfermeros, médicos y otros integrantes del ecosistema de salud, en el marco de un estricto protocolo.
Hernán Giancarlo, Country Head de Operaciones Clínicas afirma que "en Roche somos conscientes de la importancia de la investigación clínica para los pacientes, para los profesionales de la salud y para el avance de la medicina. Conducimos estudios clínicos en más de 170 centros de salud en Argentina, con la participación de aproximadamente 450 pacientes y 1100 profesionales, que incluyen: investigadores, técnicos de laboratorio, y personal de farmacia; entre otros”.
En Roche Argentina estamos llevando a cabo estudios en oncología (principalmente en cáncer de mama, riñón y pulmón), oftalmología (oclusión de la vena retiniana, edema macular diabético y degeneración macular relacionada a la edad), inmunología (lupus, artritis reumatoidea y enfermedad de Crohn), enfermedades poco frecuentes (hemoglobinuria paroxística nocturna, y del espectro de la neuromielitis óptica) y en neurociencias (esclerosis múltiple y enfermedad de Alzheimer).
Con la llegada de la pandemia, buscamos alternativas que permitieran garantizar tanto la seguridad de los pacientes como la continuidad de los ensayos clínicos. En este contexto, contribuimos con el ecosistema de salud en proveerles elementos de prevención a pacientes e investigadores para que pudieran extremar los cuidados frente a la pandemia. Por otro lado, en ciertos casos de pacientes que vivían lejos de sus centros de atención se les envió la medicación a centros cercanos a su vivienda, de acuerdo al protocolo y la regulación vigente. También realizamos tareas de monitoreo de los estudios de forma remota, y coordinamos visitas relacionadas a determinados protocolos por parte de los investigadores en los domicilios de los pacientes. Todos los estudios que se encontraban activos continuaron desarrollándose, y sólo se retrasó el inicio de algunos ellos en determinadas indicaciones.
“Recurrimos a medidas innovadoras que, a priori, daban la impresión que iban a ser difíciles de implementar, pero, gracias al trabajo en equipo de todos los actores que forman parte del ecosistema de la investigación clínica, demostraron ser efectivas y nos permitieron seguir cumpliendo con nuestro compromiso de que los pacientes pudieran continuar con su tratamiento y de sostener el desarrollo de la investigación clínica en el país.”, concluye Hernán Giancarlo.
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