“A la mañana no me puedo levantar de la cama”. “Me siento mal y no son sólo mis articulaciones”. “No tengo ganas de comer”. “Como tengo 30 años, muchos no me creen cuando les digo que tengo artritis”. Estas son algunas de las frases que podrían escucharse de personas que viven con artritis reumatoidea (AR), una enfermedad que, además de inflamación en las articulaciones, puede causar otros síntomas que impactan en múltiples aspectos de la vida. En el Día Mundial de la Artritis Reumatoidea, explicamos algunas de las causas detrás de lo que viven los pacientes:

“A veces creen que sólo tengo problemas en las articulaciones”

La artritis reumatoidea es una enfermedad autoinmune y progresiva que no sólo afecta a las articulaciones. Además, puede causar fiebre, pérdida del apetito, sequedad e hinchazón en los ojos, y hasta fatiga crónica y dolor, síntomas invisibles que deterioran la calidad de vida de quienes los experimentan. No todos los pacientes presentan los mismos síntomas y tampoco lo hace un mismo paciente de un día a otro. La severidad de la enfermedad puede variar. Tener esto en cuenta puede ayudar a compañeros, familiares y amigos a acompañarlos en su día a día.[1]

“Como soy joven, hay gente que me dice que no puedo tener artritis”

Esta afección suele comenzar entre los 30 y los 60 años, con mayor prevalencia entre las mujeres por sobre los hombres en una proporción de tres a uno.[2] De todas maneras, aunque es más probable que lo haga en adultos, puede desarrollarse a cualquier edad. La artritis reumatoidea juvenil (ARJ), por ejemplo, es la enfermedad reumatológica crónica más común en los niños.[3]

 

“Me cuesta levantarme, pero no es por cansancio”

A algunas personas con AR les puede llevar mucho tiempo salir de la cama. ¿Por qué sucede esto? El dolor y la rigidez que experimentan la mayoría de los pacientes suelen empeorar por la mañana o luego de estar en reposo. Esta rigidez matinal puede durar unas horas y, por eso, prepararse para comenzar el día, ya sea para ir a la escuela o al trabajo, les puede tomar más tiempo que al resto de la población.[4]

 

“Tengo días buenos y días malos”

La severidad de la enfermedad puede afectar en mayor medida el rendimiento de la persona en su espacio de trabajo. Más allá de que pueda repercutir en su capacidad motriz, también puede impactar a nivel emocional, por lo que es importante que las personas que trabajan con alguien que tiene AR entiendan que el paciente tiene buenos y malos días. Esa comprensión y acompañamiento lo ayudarán a aliviar el estrés y la presión por su desempeño laboral.[5]

 

En la actualidad, con un diagnóstico temprano y tratamiento personalizado, las personas con artritis reumatoidea pueden tener una buena calidad de vida y desempeñarse con normalidad en sus actividades cotidianas. Desde Roche acompañamos a toda la comunidad de AR en la búsqueda de soluciones innovadoras para esta enfermedad. Juntos, transformamos vidas.

 

[1] https://espanol.arthritis.org/espanol/disease-center/imprimia-un-folleto/dc-ar/ (Último acceso: 5/10/21)

[2] https://espanol.arthritis.org/espanol/disease-center/imprimia-un-folleto/dc-ar/ (Último acceso: 5/10/21)

[3] https://emedicine.medscape.com/article/1007276-overview#a3 (Último acceso: 5/10/21)

[4] NHS Choices. Rheumatoid Arthritis – symptoms. Disponible en: http://www.nhs.uk/Conditions/Rheumatoid-arthritis/Pages/Symptoms.aspx  Último acceso: abril 2018.

[5] Chaparro del Moral R1, et al. Work productivity in rheumatoid arthritis: relationship with clinical and radiological features. Arthritis.2012;2012:137635

 

M-AR-00001581