Nuestros Valores

El trabajo que realizamos contribuye de modo significativo a la prevención, el diagnóstico y el tratamiento de las enfermedades y ayuda a mejorar la salud y la calidad de vida de las personas. Este ha sido el objetivo de Roche desde su fundación hace más de 100 años.

Nuestra cultura de empresa, caracterizada por nuestros valores esenciales de integridad, coraje y pasión, nos ha convertido en el líder mundial en salud y en una compañía que siempre ha aspirado a adelantarse a su tiempo.

Integridad

Comienza por ser sincero con uno mismo y conocer nuestros puntos fuertes y débiles. También consiste en interactuar con los demás de forma franca y abierta, algo imprescindible para establecer una relación de confianza sólida con cualquier persona, tanto dentro como fuera de Roche. Debemos actuar de forma ética y honrada en todo momento.

Coraje

Nuestro negocio y estrategia frecuentemente nos llevan a territorios inexplorados. Esto también significa que debemos tener el coraje para asumir los riesgos necesarios para lograr el éxito. Debemos pensar como emprendedores y estar dispuestos a probar nuevas formas de hacer las cosas cada vez que no nos convenzan las prácticas tradicionales. Es posible que no siempre nos sintamos cómodos al considerar el punto de vista de una minoría o al expresar una crítica, pero si no ofrecemos nuestra opinión, corremos el riesgo de no adoptar los cambios necesarios por complacencia, o por un deseo de armonía mal entendido. Actuar con coraje nos garantizará que podamos triunfar y seguir a la vanguardia en el largo plazo.

Pasión

Nos apasiona, por sobre todas las cosas, mejorar la vida de los pacientes. Es este impulso el que alimenta nuestra determinación y nos permite trascender. Transmitimos nuestra energía, compromiso e inspiración a otros. Al cultivar una cultura de apertura, alentamos al desarrollo de las fortalezas de cada uno, a reconocer y superar nuestras debilidades y a perseverar para alcanzar los ambiciosos objetivos que nos proponemos. La pasión puede expresarse de maneras muy evidentes, como un discurso entusiasta o una presentación persuasiva. Pero también puede ser algo tan discreto, como un investigador que repite un experimento una y otra vez para asegurarse de que un resultado inesperado no es un error y puede, quizás, constituir un nuevo e importante descubrimiento.